Hola queridos "cabecitos", no había podido escribir de este tema antes. Quizas, por nostalgia, por el dolor del fin, o el hablar de un pasado...de un pasado que no volverá. El tiempo que es tirano pero que todo lo cura, ha hecho su trabajo y aqui estoy yo, orgulloso del deber cumplido, contento. Pero dolido por los alegres días que no volverán. No soy mas Profesor, esa es la verdad. He dado los mejores años de mi vida por la educación. He sido paciente con mis educandos y también educado con las, a veces, malas formas de la autoridad educacional. Pero he sido recto en mis acciones y fiel a mis principios. Esos principios que me llevaron a mantanerme por tres largas y hermosas semanas al frente del D.C.I.L.L.C. (Departamento de Computación del Language Lerning Center) de la hermosa y cálida zona de Jamaica en la ciudad de Nueva York. Una zona llena de ingenuos adolescentes portadores de alegrías y de armas también, pero eso es un detalle menor. Un desafío que al comienzo tomé con temor, debo decirlo. Tal vez Wilma la preceptora Ecuatoriana quiso asustarme tratando de evaluar mi fortaleza, cuando me dijo que los tres alumnos me esperaban con ansias y estaban emocionados con mi llegada. Tal vez Nestor su esposo, no fue muy demostrativo los primeros días y su solamente, "buen día diego", era un tanteo de mi capacidad de diálogo y por ende la capacidad que yo tendría de transmitir mis conocimentos a las blancas palomitas. Esas blancas palomitas que en este caso eran tres adultos, tres señores grandes, digamos. Mi amigo Pedro, peruano. Hizo deleitar mis mañanas buscando temas de Celin Dion y Luis Miguel, para luego alegremente y en voz casi imperceptible, cantarlas ante mi atenta mirada. Luego de eso buscaba alguna página de "tragos" ya que era Barman. Como olvidamre de Doña Cecilia, escurridiza chilena que llamaba cada vez que no podía ir. Creo que solamente habra ido a cuatro, cinco clases. No era muy dada para la computación. Con decir que un día en un descuido involuntario de mi parte, apago y volvio a prender la maquina..."porque me vuelve loca..." me dijo. Divina. Por último y no menos importante Carlos, amigo Dominicano de risa fácil. Que cuando le dije, escriba algo, mostró su sentimentalismo caribeño para dejar sus huellas en el teclado diciendo, "extraño mi país". Las risas de mis alumnos, la sonrisa complice de Wilma y Nestor, la hospitalidad de la compañera uruguaya, " vo queré café?", pasaron a la mejor historia y a las páginas doradas de mis días en la gran manzana. Si "cabecitos", estoy orgulloso. Un día podré decirle a mis hijos y a mis nietos, yo fui un gran profesor. La educación agradecida....... de mi alejamiento. Saludos y cualquier duda en relación a temas referidos con la forma de dar clases, no pierdan tiempo y comuniquensé inmediatamente conmigo, por vía de www.lascabecitas.blogspot.com